Kit para superar el cansancio en la oficina

Las largas jornadas laborales dañan nuestro cuerpo, generando principalmente problemas a la vista, mala alimentación y piel seca. Aquí proponemos un kit para aliviar los síntomas de cansancio.

Por Alison Delplace.

1.- Ojos siempre humectados

El oftalmólogo Ricardo Stevenson explica que el cansancio ocular se debe principalmente a dos cosas: En primer lugar al mal uso de lentes y multifocales, particularmente después de los 45 años, que produce una vista borrosa y cansada. Las molestias también pueden deberse a la falta de lubricación, pues las condiciones en el lugar de trabajo no siempre son óptimas, con aire seco, frío o que nos llega directamente a la cara, lo que a la larga produce dolor y ojos rojos. "Esto empeora si estamos cansados y con falta de sueño", explica el experto.

Existen casos particulares de estrabismo o heridas en la córnea, pero generalmente la condición mejora con el uso de lágrimas artificiales. "Algunas personas pueden usarlas dos veces al día y ver un cambio, mientras que en casos más graves, necesitan aplicarlas 3 o 4 veces diarias para sentir alivio", dice. "Al igual que cualquier órgano, los ojos necesitan descansar y es importante saber que mirar de cerca significa trabajo para la vista y cansa, mientras que mirar al horizonte o de más lejos se traduce en un descanso para la vista", agrega el doctor Stevenson.

Cómo despertar la mirada: Basta con aplicar un delineador blanco o de color claro en el ángulo interno de cada ojo o aplicar iluminador cerca del puente de la nariz para despejar la mirada en cosa de segundos. También se puede recurrir a gotas de lágrimas artificiales para poner fin a los ojos rojos. Se debe tomar en cuenta que las personas que pasan mucho tiempo frente al computador parpadean menos y por eso se humecta menos el ojo.

2.- La esencial crema de manos

Dicen que las manos son la mejor carta de presentación, por lo que debiéramos siempre tenerlas bien cuidadas, pues sufren al ser tan expuestas a lo largo del día. Conviene recurrir a cremas que protegen la epidermis de las agresiones diarias, dejando la piel suave y elástica.

Cómo mantenerlas: Las expertas en manicures aconsejan hacerse las manos regularmente, por lo menos una vez a la semana, para mantener las uñas limadas, las cutículas sanas, cortas y en buen estado. Más importante aún, dice Pilar Larraín de Amano, "tener siempre cerca una crema hidratante de manos y un aceite de cutículas. Éste nutre y regenera y lo ideal es aplicarlo a diario", dice.

3.- Aguas de hierbas: dosis extra de antioxidantes

La agricultora María Prieto recomienda ingerir agüitas, tanto frías como calientes, para obtener una dosis extra de antioxidantes que ayudará a aliviar los síntomas de estrés. "El agua de menta se prepara con dos hojas por persona en agua y sirve para levantar el ánimo y refrescar la mente. También ayuda la que se prepara con cáscaras de limón si éste es orgánico, o con el jugo de medio limón disuelto en agua caliente en una taza. Esta fruta ayuda a limpiar el hígado, uno de los órganos más dañados por el estrés y a revertir los efectos de la mala alimentación de los días más ajetreados", dice María Prieto.

Cómo recrear un ambiente: Otra alternativa es prender una vela aromática o echarse perfume.

4.- El desayuno es clave

Para Paola Negrón, nutrióloga del Centro de Tratamiento de Obesidad de la Universidad Católica, el dicho "desayunar como rey, almorzar como príncipe y cenar como pobre" se mantiene, pues el desayuno nunca debiera saltarse, y tampoco es bueno tomar sólo una taza de café. La doctora explica que no almorzar produce un período muy largo de ayuno, lo que hace que el metabolismo se enlentezca y que después tengamos más hambre y menos control sobre lo que comemos. El consumo excesivo de café y bebidas carbonatadas con cafeína aumentan los síntomas de distensión abdominal. Tampoco son buenos los alimentos que contienen mucha sal, porque hacen retener más líquido. El aporte calórico de un almuerzo varía según la altura, la edad y la actividad física, pero puede aportar entre 200 y 400 calorías. Debe representar un 25% del aporte calórico del día, dice Paola Negrón.

Los sí y no de las comidas: Se sugiere llevar una ensalada variada con un trozo de quesillo, atún o pechuga de pollo. Otra opción son las machas o los choritos al agua. Y de postre una fruta. Si el tiempo va a ser mínimo, se puede reemplazar el almuerzo por una barra de cereales y un yogur o un yogur con una fruta. La experta recuerda, sin embargo, que este último menú no puede convertirse en costumbre, ya que resulta muy monótono, poco variado y poco saludable. "Hay que hacerse un tiempo y parar", dice. "Se puede comer un sándwich con pan integral, sin mayonesa con verduras y algo proteico, como un huevo duro, con un cuarto de palta. No se debe almorzar un café con un barros luco, aunque suene delicioso, como tampoco una colación como papas fritas o barras de chocolate, pues éstas causan constipación y son hipercalóricas", dice la nutrióloga.

5.- Para la piel: aire húmedo

Al igual que nuestros ojos, un ambiente muy seco deshidrata la piel, lo que empeora la apariencia del cutis, porque el agua es indispensable para el buen funcionamiento del organismo y para todos los procesos de reparación tisular. "Una célula que está sufriendo los efectos de la deshidratación desarrolla todos los procesos celulares en forma ineficiente, léase de proteínas, acción enzimática, reparación molecular, replicación celular, y otros", dice Francisca Sánchez, dermatóloga de la Clínica Alemana. Por eso, los expertos recomiendan ingerir mucha agua y eventualmente tener un humidificador de aire. Idealmente la ingesta de agua debe hacerse siempre antes de sentir sed y ojalá a lo largo del día. Ayuda a eliminar las toxinas, lubricar la piel y transportar mejor los nutrientes.

La doctora Francisca Sánchez explica que en Chile el clima es generalmente seco, lo que nos hace transportar agua desde nuestro cuerpo hacia el exterior constantemente para hidratar la piel.

No sólo se deshidratan la piel, el pelo y las uñas, sino que en cierta medida todo el organismo. Al visitar climas húmedos es fácil apreciar la diferencia. "Deberíamos tomar bastante agua entre comidas, a lo largo del día. Por supuesto, la cantidad varía según el grado de actividad física, pero en general en un día en que uno tenga una actividad normal, sin deporte se aconseja alrededor de 6 vasos de agua", dice la dermatóloga. Esto porque en un estado de deshidratación verdadero, la piel pierde la turgencia y da paso a la formación de un pliegue que se mantiene, se seca y se pone escamoso.

Otro de los factores asociados a un cutis dañado es el aire acondicionado en verano y la calefacción en invierno, ya que ambos secan la piel. "La calefacción exagerada y los cambios bruscos de temperatura en el invierno son especialmente negativos en las personas con rosácea", dice la doctora, agregando que las personas que trabajan detrás de un ventanal que da al norte o al poniente y reciben el sol directamente pueden presentar un aumento paulatino de la pigmentación en la zona expuesta que se refleja en la aparición de manchas y un daño solar.

Publicado el 20/12/10
Fuente: La Tercera


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